​El conocimiento da poder, por eso es muy importante saber dónde va tu dinero y así poder tener control de él y no al revés. Durante un mes anota los gastos mensuales como luz, agua, teléfono, internet, compromisos financieros, así como también aquellos gastos como: regalos, comidas fuera de casa, propinas, supermercado, un helado, gasolina, entre otros. A final de mes tendrás lo que se conoce como “tu costo básico recurrente”, que no es más que la cantidad de dinero que consumes mensualmente en gastos básicos personales y de tu hogar.

¿Qué hacer si descubro que gasto más de lo que gano?
Realizar ajustes en nuestros hábitos de consumo a fin de equilibrarlos. Veamos un ejemplo:
Si todos los días compras un jugo al llegar al trabajo que te cuesta 50 pesos y trabajas de lunes a viernes, calculamos que son (considerando aproximadamente 23 días laborables al mes);
  
¿Qué opinas de este valor? ¿Entiendes que podrías realizar un ajuste para reducirlo? 

Modifica tus gastos
Si resulta que tus ingresos mensuales son de 20,000 y tu costo básico recurrente es de 25,000 estás gastando 5,000 fuera de tus ingresos.

¿Qué hacer frente a esta realidad? Tienes dos opciones: reducir gastos o aumentar los ingresos.

Muchas veces es más fácil en el corto plazo reducir gastos que aumentar los ingresos por lo cual recomendamos identificar cuáles son los gastos básicos – aquellos que no puedes dejar de hacer – y cuáles son gastos extraordinarios que puedes gestionar y adecuar a tu realidad.

Establece metas
Deben ser metas específicas. Suponiendo que tu sueño es un viaje a Europa, investiga cuánto cuestan los pasajes, cuántas personas irían, el hospedaje, cuánto estarías dispuesto a gastar en compras, alimentación, es decir, debes realizar un presupuesto para el viaje. 

Si tienes pareja hagan juntos el ejercicio y tracen juntos esa meta de ahorro.
Puedes tener más de una meta,  siempre que tu presupuesto te lo permita; por ejemplo: ahorrar para el retiro, un fondo para emergencias, para la vuelta al colegio (que es todos los años), para saldar tarjetas de crédito o préstamos a terceros. 

Evita las tentaciones
Dicen que “la única forma de ganarle a una tentación es huyendo de ella”.  Si eres consciente de que tienes tentaciones que te generan gastos innecesarios, ¡evítalas! No te expongas a situaciones donde fácilmente te verías realizando un gasto fuera de tus posibilidades y sin que esté planificado. 
Aprende la diferencia entre “lo quiero” y  “lo necesito”.  


Trabajas mucho y mereces un regalito, pero…
¿Sabes lo que no te mereces?
•    Endeudarte.
•    Dañar tu crédito.
•    Estar constantemente atormentado por que el dinero no te alcanza.
•    Trabajar para pagar, sin poder cumplir tus sueños.
•    Comprar a crédito un electrodoméstico y durar 36 meses pagándolo al doble de su precio real.
•    Tener que pedir prestado cada vez que tienes una emergencia.

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26/09/2024

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